La Vida en Rosa
“La Vida en Rosa” es considerada la versión femenina de “Ray”, salvo por la ausencia premeditada del típico desenlace tranquilizador.
En este caso, el descenso a los infiernos, del alcohol y la droga, acompaña al personaje principal hasta el falso happy end, cuando despide la función al cantar la significativa “No me lamento de nada”, en un primer plano doloroso y parcialmente reivindicativo sostenido por la camaleónica interpretación de la oscarizada Marion Cotillard, capaz de dotar de humanidad al gorrión de París, Edith Piaf, con una mueca de mujer desesperada a la manera de Bette Davies poseída por el espíritu pecaminoso de Amy Winehouse antes de caer en rehabilitación. Es la seducción morbosa por el lado oscuro de la fama.
La tarea de resucitar a la diva corre por cuenta del realizador Olivier Dahan, condenado por la secuela de “Ríos de Color Púrpura” y respetado por su traslación de “Pulgarcito”. Al respecto, la forma y el fondo de ambas cintas, parecen trascender en el contenido y la estética de “La Mome”.
En el ámbito audiovisual, predomina el recurso posmoderno de la cámara en mano, fundido con el acabo plástico de los cadenciosos planos secuencias del pasado. En paralelo, el guión fusiona los registros del qualité con las obsesiones narrativas del presente, para hilvanar una compleja trama no lineal, a golpe de flash backs. Ello tiende a compensar las demás flaquezas del libreto, sin olvidar la intervención fugaz del brillante Gérard Depardieu, en un papel a la medida de su portento.
Fecha: Jueves 10 de julio de 2008
Hora: 01:00 pm y 3:00 pm
Colaboración: 0,50 Bs. F
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